El concierto de ayer en Sentmenat, especial para mi, a pesar de las incidencias

Pues así fue la cosa. A pesar de que amaneció un dia radiante de sol, al mediodía, el tiempo fue empeorando y la lluvia hizo acto de presencia, a primeras horas de la tarde y durante la actuación de Manu, lo cual no impidió que dicha actuación fuera maravillosa. En el pueblo, nos encontramos Rosa y su marido Jordi, Toñi y su marido, Nuria (Nuca) y una amiga suya, y más tarde, Marta con su hija. Si fue alguien más, la verdad es que no las vimos.Las que disponíamos de los pases vip, entramos a eso de las 8.35 y estuvimos poquito rato, porque por diversas circunstancias, la cosa se retrasó un poco y no hubo tiempo para más. Decir que, como siempre, Manu estuvo muy agradable. Nos hicimos la foto de costumbre y ya salimos. Por cierto, que Benito, el nuevo mánager de Manu parece una persona muy atenta también. Ya en la Plaza de la Vila, el concierto empezó sobre las 9.20h. Si bien no era un sitio muy grande, sí decir que estaba lleno. Habría sobre unas 400 personas sentadas y el resto de pie, alrededor de la plaza. Manu empezó diciendo que aunque ese tipo de conciertos, a piano voz, los hace en recintos cerrados, accedieron para hacerlo ahí, dada la insistencia de la organización, y que esperaba que disfrutáramos del mismo. Empezó con el “Tres palabras” y siguió con el resto de los temas del disco, excepto “Gracias a la vida” y “Te acordarás de mí, (una pena, con lo que me gusta esa canción). Desde buen principio, Manu pidió el máximo de silencio, dadas las características del concierto, palabras que serían en vano. El concierto fue bastante cortito. Duró una hora escasa y también cantó “Tu frialdad”. Dedicó “Nosotros” a las hermanas Hugarte, que se encontraban entre el público con su madre, y que formaron parte de la banda de Manu en su primera gira. “Toda una vida”, la dedicó a una pareja que dijo que eran vecinos suyos en Ibiza. Más tarde, de nuevo, tuvo que insistir, ya un poco en un tono más subido, en que la gente del final y alrededores, dejaran de hablar, más que nada por respeto a los que estábamos escuchando, dijo. La última dedicatoria fue para Silvia, su novia. Esta vez, “Tejados”. Decir que la cantó con un sentimiento a flor de piel, que ponía los pelos de punta. Yo creo que hasta se emoción y todo, cosa que le jugó una mala pasada en un momento de la interpretación. Normal y del todo excusable. Y digo creo, porque hubo muchos momentos en que, por culpa de los focos mal utilizados, ni siquiera veíamos a Manu. Sólo se veía una luz intensa que hacía casi imposible mirar al escenario y que por la insistencia del público, fueron corrigiendo. No sé para qué tanto foco, si no le hace ninguna falta al artista. Brilla con luz propia, ¿no os parece?, jeje. La lluvia hizo acto de presencia en algunos momentos, aunque de forma muy poco intensa, por suerte. Y por tercera vez y ésta vez con ironía, Manu “pidió disculpas” a las personas que estaban hablando por interrumpirles con la música durante la conversación. Es cierto que era una plaza de un pueblo en fiestas y que es difícil guardar silencio, pero jolínes, si el cantante lo pide y además, varias veces, qué menos que un poco de respeto, por él, pido yo, y por el pianista, que son los que se están dejando la piel en hacer su trabajo lo mejor posible. Sobre la hora escasa, Manu “se despidió”, y la gente se lo tomó tan al pie de la letra, que cuando él y el pianista asomaron para hacer los bises, mucha gente ya se había ido y Manu, se volvió para adentro. Ya advertimos como pudimos, las que estábamos allí, que no se fueran, que no acababa aquí la cosa, pero fue inútil. Incluso llamé a Pepe Rivero el pianista, mientras recogía las partituras, y le pregunté si iban a acabar el concierto, que no todos nos habíamos ido, pero dijo que Manu al ver la desvandada, lo quiso dejar correr. Lógico, y más, con el medio mosqueo que llevaba, pero una pena, porque estoy segura de que por lo menos, dos canciones más, se quedaron en el tintero. Quizás si se hubiera empezado media horita antes…, porque eran ya las 10.20h y supongo que la mayoría de la gente aún no había cenado. Decir tambien que, a pesar del sitio y del tipo de concierto, el sonido fue muy bueno, por lo menos, desde donde estábamos nosotras y que Manu, no sé cómo lo hace, pero cada dia tiene la voz mejor. Hizo de nuevo cambios en las canciones, algunos de los cuales, y sólo según mi opinión personal, con demasiados giros flamencos, ya lo dije en la crónica anterior, pero por escuchar esa voz tan preciosa, todo merece la pena. Muy divertido el final de “He perdido contigo” y muy acertad a la introducción del “No me vayas a engañar”, con el “Lágrimas negras”, popularizada por Diego, El Cigala. No quiero dejar pasar la ocasión también de felicitar a Pepe Rivero. Una vez más, espectacular su actuación, que en más de una ocasión mereció los aplausos del público, en los solos que hizo al piano. Felicidades también a Manu por el concierto y agradecerle el habernos recibido. Fue, al menos para mi, la última vez que le veo en concierto, en estado de soltería. Hubiera querido hacerlo personalmente, pero como no hubo tiempo, se lo digo desde aquí: Manu, desearte de corazón que el próximo 10 de Octubre, sea uno de los días más felices de tu vida y que esa felicidad perdure cuanto más tiempo mejor, en el terreno personal y también en el profesional. ¡Un abrazo!. Creo que podré colgar algún vídeo, cuando Toñi me pase la grabación que hizo su marido. Entre tanto, os tendréis que conformar con algún audio. Saludos!!