Hay que seguir...

Esta semana hemos bajado dos puestos en la lista de Canal Fiesta, pero no pasa nada. "Volverás" sigue estando en una merecida 6ª posición que intentaremos remontar, con más fuerza, si cabe, que de costumbre. No olvidéis que se puede votar tambien a través del Facebook de la emisora, así como enviando los votos a la dirección de correo electrónico

canalfiesta@rtva.es

Disculpad si en la forma de escribir denotáis un poco de falta de ánimo, pero es que no me faltan motivos. Creo que pocas veces o nunca en este blog he tratado de cuestiones personales, pero esta vez lo voy a hacer. Mi perrito (el de la foto, sí, ahora lleva el pelo más largo)ha cogido diabetes. Nos lo dieron cuando era un cachorrillo. Ahora tiene ya casi 12 años y como es natural, el cariño que le tenemos es mucho. Nos quiere a todos con locura, pero eso sí, es un cobardica, si cree que peligra su integridad física. Por poner un ejemplo, cuando se le tiene que quitar algún yerbajo que se le ha pegado al pelo paseando, hay que hacerlo sin que se dé cuenta y rápidamente, porque se pone enseguida a la defensiva. Incluso el simple hecho de ponerle el arnés diariamente dos veces para sacarlo de paseo, le cuesta. Imaginaros lo que supone ahora tenerlo que pinchar dos veces al día para suministrarle la insulina. Es un drama. Más de una vez se me ha torcido la aguja por los movimentos bruscos que hace, al resistirse, con el peligro que conlleva, si una vez se rompe y se le queda dentro. Tenemos que hacerlo entre dos personas y con cuidado de que no se dé cuenta de que se lo vamos a hacer, porque sino, se mete debajo de una cama y ya no hay perro que exista en casa. Aunque es un pinchazo que apenas le tiene doler, la verdad es que me duele más a mí que a él, el tener que hacerle pasar tan mal rato. Y más, teniendo en cuenta que es un tratamiento de por vida, a no ser que le bajara de forma muy drástica la glucosa, cosa que es bastante improbable. Lo malo es que no puede entender, como lo haría una persona, que es por su bien. Solo cabe esperar que no se vuelva tan receloso contra nosotros, que al final no quiera ni vernos. Por el momento, parece que no.... Al rato de haberle pinchado, ya sigue siendo tan cariñoso como siempre, y parece que ni se acuerda de "lo mal" que se lo tenemos que hacer pasar. Que dure....

En fin, disculpad el rollo, pero es que tenía que desahogarme. Quienes tengáis un animal de compañía, seguro que os haréis cargo de lo que supone una situación así. Gracias.

Un saludo y a seguir mandando votos con más ganas que nunca!